São Paulo - Una empresa fundada en Campinas (SP) ha ganado una licitación millonaria para prestar servicios biométricos al Departamento de Defensa de Estados Unidos. Griaule suministrará el sistema de almacenamiento y certificación de los datos biométricos de 55 millones de ciudadanos en Irak y 30 millones en Afganistán.
"Tanto Irak como Afganistán tienen acuerdos con Estados Unidos para suministrar sistemas biométricos con fines civiles y penales. Y nosotros vamos a actualizar este sistema", explica Renato Burdin, director operativo de la empresa.
Firmado en septiembre, el contrato de 75 millones de dólares implicaba a un grupo de siete empresas, seis de Estados Unidos y una de Brasil. El proyecto tiene una duración de cinco años y las empresas ya están trabajando.
"Vamos a actualizar las bases de datos nacionales de estos países. Los datos son de uso civil y penal, para expedir documentos o identificar delincuentes, por ejemplo", dice Burdin.
Fundada en 2002, Griaule ya ha atendido a 4.000 clientes en 80 países de todo el mundo. Su mayor mercado es Brasil, seguido de los países latinoamericanos, pero la empresa también ha trabajado en lugares como Sudáfrica, Israel e India. En la actualidad, su principal objetivo es el mercado estadounidense, donde cuenta con una segunda oficina desde 2016 (la primera está en Campinas, São Paulo).
La empresa desarrolla software para gestionar datos de reconocimiento biométrico. Esto significa que actúa después de que se haya recogido la información. Además del reconocimiento de huellas dactilares, trabaja con el reconocimiento facial, del iris, de la palma de la mano y de huellas dactilares latentes (dejadas en escenas de crímenes). Uno de los objetivos del servicio es prevenir el fraude bancario y la falsificación fraudulenta.
"Nos centramos en proyectos a gran escala con grandes cantidades de datos. Nuestra arquitectura está diseñada para trabajar con proyectos de gran complejidad en entornos críticos", afirma Burdin.
En Brasil, ha trabajado en proyectos con la Caixa Econômica Federal, la Policía Civil y el Tribunal Superior Electoral. La empresa es responsable de la gestión de la base de datos biométricos del TSE, que desde 2008 ha adoptado la biometría como forma de identificar a los votantes en las urnas y ha ido registrando a los electores poco a poco.
"En el proyecto TSE, nuestra responsabilidad es garantizar la unicidad de los datos en la base de datos. Se trata de garantizar que los datos biométricos de una persona no estén vinculados a más de un título electoral, por ejemplo", explica Burdin.
Según el ejecutivo, se espera que el mercado de la biometría crezca en los próximos años, impulsado por la difusión de la tecnología. "Hay mucho margen de crecimiento. Hay mercados en todo el mundo que aún no utilizan el sistema todo lo que podrían. Y también existe la posibilidad de utilizar esta tecnología en nuevos sectores, como los smartphones", afirma. La empresa no revela su facturación prevista para 2018. En 2017, ascendió a 16 millones de reales.
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