Digital a gran escala

El servidor de autenticación biométrica del TSE tendrá software nacional de Griaule

La elección de un software 100% nacional para certificar y gestionar la base de datos del Tribunal Superior Electoral (TSE) servirá de base para lo que será el mayor sistema biométrico de identificación dactilar del mundo. El contrato para el suministro de sistemas de verificación de huellas dactilares a gran escala, con una validez de dos años y un valor de 82 millones de reales, se firmó el mes pasado entre el organismo electoral federal y Griaule, una pequeña empresa brasileña de Campinas, en el interior de São Paulo. El acuerdo continúa el plan del TSE para prevenir el fraude electoral y acelerar aún más los resultados de las elecciones.

Griaule es uno de los ejemplos más exitosos de start-up nacida en la incubadora de empresas de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp). Durante su estancia allí, de 2002 a 2005, la empresa recibió apoyo financiero del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP. El reconocimiento llegó en 2005, cuando la empresa fue elegida para el Premio Finep (Financiador de Estudios y Proyectos) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), en la categoría de pequeña empresa de innovación tecnológica. Al año siguiente, el sistema biométrico desarrollado por Griaule quedó en primer lugar en el Concurso de Verificación de Huellas Dactilares - FVC2006 - como la tecnología de verificación de huellas dactilares más precisa del mundo. Este concurso mundial se organiza en colaboración entre la Universidad de Michigan y la Universidad de San José, ambas en Estados Unidos, la Universidad de Bolonia, en Italia, y la Universidad Autónoma de Madrid, en España. Tras recibir el premio, la empresa abrió una oficina comercial en Mountain View (California, Estados Unidos) en febrero de 2007 y empezó a exportar sus servicios. Sus clientes se reparten ahora por más de 50 países.

Cuando salió del campus de la institución e intentó caminar por su cuenta, Griaule, del empresario Iron Daher, registró una facturación de 100.000 reales en 2005. La cifra saltó a 12 millones de reales en solo los cinco meses de 2014, aún sin contar el contrato firmado con el TSE. "Creo que el crecimiento de la empresa fue muy lento, no ocurrió de la noche a la mañana. Nuestra facturación ha subido y bajado varias veces en la última década. Sin embargo, el año pasado conseguimos duplicar nuestra facturación y pasamos de 3 millones de reales en 2012 a 6 millones en 2013", explica Daher, que es el presidente y científico jefe de la empresa. La gama de productos de Griaule incluye software de reconocimiento de huellas dactilares, voz y rostro. Pero el sistema de reconocimiento de huellas dactilares es casi toda la gama de servicios que ofrece la empresa.

La implantación del sistema de reconocimiento y autenticación de huellas dactilares de la empresa brasileña se realizará en dos fases. En primer lugar, el software tendrá que procesar 23 millones de registros biométricos de votantes ya almacenados por el TSE. Esto debería ocurrir hasta un mes antes de las elecciones de octubre, según el contrato. En segundo lugar, el sistema garantizará los 52,8 millones de registros biométricos que el TSE pretende recoger hasta las elecciones de 2016. El acuerdo con el órgano electoral federal es un consorcio entre Griaule y Oracle, multinacional estadounidense del negocio de bases de datos y hardware. Griaule, que se encargará de suministrar el software, tiene el 44% del proyecto y Oracle, que suministrará los equipos, el 56%.

Cuanto mayor sea la base de datos, más procesamiento será necesario para incluir a los nuevos votantes. Esto se debe a que los ordenadores implicados en la operación tendrán que escanear completamente los registros para evitar registros duplicados. "Para hacerse una idea de la complejidad de la tarea, hay que tener en cuenta que se recogen las huellas dactilares de los 10 dedos de cada persona. Por tanto, el software de reconocimiento tendrá que procesar un volumen de datos del orden de quintillones", explica Felipe Bergo, investigador de Griaule.

El servidor, un superordenador con casi 1.500 núcleos de procesamiento, se envía a Brasil desde Estados Unidos. Son cuatro torres capaces de comparar 3 millones de huellas dactilares por segundo. Las máquinas se instalarán en una sala segura situada en el centro de procesamiento de datos del TSE en Brasilia. "Nuestro trabajo será limpiar la base de datos del TSE, que tiene 23 millones de personas ya registradas, y asegurarnos de que no haya votantes duplicados. Luego certificaremos las inscripciones", explica Daher. "Puede haber personas que se registren dos veces por error, o incluso personas que se registren con diferentes identidades y títulos para poder votar más de una vez", añade.

Finales de 2017
Aunque las elecciones en Brasil están informatizadas desde 2010, con la implantación de máquinas de votación electrónicas en el 100% de los colegios electorales, el TSE solo ha registrado las huellas dactilares del 15% de los 142,4 millones de votantes de Brasil. La mayoría de los colegios electorales siguen reconociendo a los votantes mediante su tarjeta de registro de votante y su firma. Con su Programa de Identificación Biométrica del Votante, que comenzó en 2012, el TSE prevé tener registrado biométricamente a todo el electorado brasileño a finales de 2017, cuando el número total debería ser de 160 millones.

Estos registros contienen información sensible sobre millones de brasileños, por lo que se consideran de alto valor estratégico. "Hay muchos valores intangibles implicados en esta operación", afirma Daher. "Si no fuera por Griaule, Brasil estaría comprando esta tecnología a otro país y las identidades de los electores estarían fuera de nuestro dominio", dice el presidente de la empresa, recordando los casos de espionaje que involucraron al gobierno de Estados Unidos en los que se monitoreó información sensible de varios países, empresas y gobiernos extranjeros, incluyendo a la presidenta Dilma Rousseff y Petrobras.

El importante crecimiento de Griaule ha contado con la participación fundamental de los organismos de fomento de la innovación a nivel estatal y federal, a través de la financiación de la investigación. "Todo esto sólo fue posible porque en 2002 Unicamp nos dio la oportunidad, lo que aportó mucha credibilidad. En aquel momento todavía no existía una agencia de incubación en la universidad. También hay que recordar el apoyo que recibimos tanto de la FAPESP como de la Finep", recuerda Daher. "Si no hubiera sido por los dos Pipes de la FAPESP, uno para el reconocimiento de huellas dactilares y otro para el reconocimiento de voz, no habríamos podido llegar hasta aquí".

El éxito empresarial de Griaule no se detiene aquí. La idea de los ejecutivos es llevar la empresa al mercado mundial, con posibilidades reales de convertirse en una de las primeras multinacionales brasileñas del sector informático. La empresa tiene una estructura ágil, que incluye 20 empleados que trabajan en una oficina administrativa y otra de desarrollo de software en Campinas, ambas muy cerca del campus de Unicamp, así como una oficina comercial en Estados Unidos. Ahora que el negocio está creciendo, existe la necesidad de contratar personal para puestos vacantes tanto dentro como fuera de Brasil. Hay oportunidades en países como Colombia, Ecuador, México, Argentina, etc. "A partir de ahora debemos vender un proyecto del tamaño de una EET al año", dice el investigador. "Por eso tenemos previsto duplicar el número de empleados a finales de este año y volver a duplicarlo en diciembre de 2015".

El profesional al que se dirige Griaule, según su propio presidente, es diferenciado. La empresa busca profesionales con gusto por la investigación y el desarrollo. "Esta persona tiene que destacar en el campo, porque tratamos con tecnología punta y necesitamos gente tan buena como la que trabaja en empresas de Estados Unidos o Europa", dice Daher. "Ahora no hay escasez de tecnología ni de infraestructuras. Nuestro verdadero problema es la necesidad de cerebros", añade. Según las previsiones de Griaule, el sector de la certificación biométrica ha experimentado un auge en los dos últimos años en Brasil, aunque es casi imposible saber con exactitud su magnitud. Como es muy nuevo y necesita consolidarse, no hay encuestas que permitan a los empresarios dimensionar este sector. "Creo que el sector factura casi mil millones de reales sólo aquí en Brasil", calcula Daher.

Seguir siendo sólo un proveedor de software o explorar también el sector de la venta de hardware, con la fabricación de su propio lector de huellas dactilares, fue uno de los primeros dilemas a los que se enfrentaron los directivos de Griaule. Para Daher, la idea siempre estuvo ahí, pero se descartó porque representaba un riesgo demasiado grande. "Si nos metíamos en este negocio tendríamos que preocuparnos de contratar personal electrónico, de la logística y de disponer de un espacio físico para la fábrica", recuerda. En lugar de crear su propio hardware, la empresa optó por desarrollar un programa que interactuara con los más de 50 tipos de lectores de huellas dactilares del mercado, además de realizar una fuerte inversión para satisfacer las nuevas demandas que iban surgiendo.

"Recientemente hemos integrado en nuestro software la detección de dedos falsos para cualquier lector. ¿Cuál era el gran problema que tenían los fabricantes de lectores? Era el dedo falso. Gracias a los tutoriales disponibles en Internet, resultaba muy fácil fabricar un dedo de silicona o látex", explica Daher, que decidió afrontar el problema como un reto personal. "Ni los fabricantes de hardware se dieron cuenta de esta necesidad del mercado, ni los gigantes del software vieron como una responsabilidad resolver esta cuestión. Fue entonces cuando Griaule resolvió el problema mediante software. Hoy, los fabricantes de hardware ya no tienen que preocuparse por esto".

Otros documentos
Los servicios de Griaule están en auge debido a la elección del gobierno brasileño de digitalizar la emisión de pasaportes, títulos electorales y tarjetas de identidad, pero los bancos también están muy implicados en este mercado. En diciembre de 2013, por ejemplo, Griaule firmó un contrato global para suministrar su software al banco español Santander, además de ofrecer soluciones biométricas a Caixa Econômica Federal, que cubre 30.000 cajeros automáticos (unidades de autoservicio) y otros 25.000 puntos de servicio en tiendas de lotería. Otros clientes atendidos por la empresa brasileña son bancos de Sudáfrica e India. Pero las instituciones bancarias tienen una gran cuota del mercado de identificación biométrica en todo el mundo. "Con tecnología Griaule o sin ella, vemos que los bancos están adoptando la biometría porque es una forma de ofrecer comodidad a los clientes que no necesitan contraseña, mucho más que seguridad", dice Daher. Es el caso del sistema de transferencia de pagos Bolsa Família con tecnología Griaule adoptado por la Caixa Econômica Federal. "Son personas que retiran su dinero una vez al mes y acaban olvidando la contraseña. Ahora ya no necesitan tarjeta ni contraseña para acceder, sólo tienen que registrarse y retirar el dinero utilizando únicamente su huella dactilar como identificación", explica Daher.

Tanto en el mercado internacional como en el local, la certificación biométrica de la identidad se la disputan cuatro grandes multinacionales con sede en Estados Unidos, Japón y Europa. La más pequeña de ellas factura unos 1.000 millones de dólares al año. "Son multimillonarias, pero no están especializadas en este mercado. Y quizá ésta sea la gran diferencia entre ellas y Griaule, que es una empresa pequeña pero muy especializada en el tema", afirma Daher. Con la idea de que el escenario mundial está en proceso de cambio, Griaule cree que el flujo de innovaciones tecnológicas ya no es sólo del exterior hacia Brasil. "Cuando se trata de sistemas de identificación biométrica a gran escala, Griaule acaba siendo reconocido desde el punto de vista técnico. Y esto tiene un valor añadido tecnológico muy alto", analiza el investigador.

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